Zonambulantes

El blog de La Zonámbula se complace en presentarles una nueva sección: Zonambulantes. Aquí puedes participar para que así el blog sea más activo. El fin de Zonambulantes es lograr ser un espacio donde nuestros lectores puedan publicar sus cuentos o poemas. 
La dinámica es simple, sólo deberán enviar sus escritos a Eunice García:  nichepi@gmail.com
Pedimos que los textos no sean de más de tres cuartillas, ya que si éstos son demasiado extensos, en todo caso, se presentará por partes. Los temas son libres, y no sólo será un espacio para narrativa como el cuento corto, sino que será aceptada también la poesía libre y el ensayo.

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Zonambulantes-Arcelia Plath

I
A veces mientras camino entre calles angostas y desconocidas
invento historias.

Me invento de tacones altos, faldas cortas, besos en subasta
abrazos vendidos, fríos, vacíos.
Miradas que recriminan mi existencia en el mundo,
pasos alargados como si llegar a algún lugar fuera preciso,
el corazón inflado de halagos en oferta.

Me invento abandonada en la miseria del amor
sin locura ni pasión, entonces mis ojos se empañan de agua salada.
Me invento en un camino que no conozco, de incertidumbres y expectativas.

Me invento en las noches bajo las estrellas y un sólo cielo
sintiendo la humedad regarse entre mis piernas,
te acercas en el mas delicioso sentido a llenarte las manos de mí,
a beber de mí.

Me invento solitaria, desnuda, despojada de la ternura, del calor.

A veces mientras camino entre calles angostas y desconocidas
voy arrojando palabras sin sentido, mi desgastado pasado,
los sueños cotidianos.
II

Quiero escribir esta noche, un poema, pero no de amor.
Quiero escribir del espacio vacío que encontré hoy a mi lado en la banca del parque.
Quiero escribir de las calles y de los millones de piernas que la aplastan cada día.
Quiero escribir del humo que contamina mis pulmones, de la nicotina que envenena mi saliva.
Quiero escribir un poema pero no de amor.

De la hoja en blanco que tengo a un lado de mí, por si algo se me ocurre escribir.
De la tristeza que a pesar de mí, sentí hoy.
De la luz que dejo encendida todas las noches.
De las sombras que bailan afuera de mi ventana cada madrugada.

Quiero escribir esta noche, un poema, pero no de amor.
Tal vez hablare de ti o de mí.
Quizás del frío que pasé anoche.
De las miles de vueltas que di tratando de conciliar el sueño.
De tu mirada que me encanta, pero no de amor.

Hablaré del riñón, del estomago, de la garganta que arde de tanto gritar tu nombre.
Hablaré de las horas al día que habitas en mi pensamiento.
Hablaré de la contaminación que respiro cada día.
Del suspiro que viaja hacia ti con cada palabra pronunciada, pero no de amor.

Escribiré de cuando llega la noche y no puedo más que beberte en mi taza de emociones.
Escribiré de los millones de estrellas que cuidan de la luna.
Escribiré de cómo yo sueño, porque quizás tú sueñas igual que yo.
Escribiré un poema, pero no de amor.
Hablaré de ti o de mí, pero no de amor.
III

Cómeme las palabras de los labios que arden sobre el fuego
de las noches de las sombras.
Dibuja con tu lengua espirales en mi espalda,
traza con las yemas de los dedos constelaciones en mi piel,
cómeme la voz pronunciando tu nombre.
Y si el cielo lo permite, cómeme también los silencios
las miradas perdidas, las ausencias.
Si eso no basta cómeme el deseo, las ganas, la agonía,
un pedazo de piel bañada en sudor, bébete mi ombligo.
Cómeme la poesía que nace cada día,
la expectativa y el viento que se corta con los dedos .
Cómeme este sentimiento de constante lejanía.
Toma mi cintura, vamos a bailar.

IV
He podido leer los puntos suspensivos sin temor al suspenso.
He querido soñar el mismo sueño más de mil veces,
vivir con todo y con secuencias y así sucesivamente.
Te he saboreado en la caliente taza de café a sorbos lentos.
Te he seguido a la luna llena con el corazón deprisa.
Te he querido del verbo robar.
Robarte el sueño, el tiempo, el pensamiento, robar-arte.
He llenado con tu sombra el espacio vacío que hay entre mis brazos extendidos.
Hoy siento cosquillas en la espalda.
Escribo querer odiarte intensamente.
Escribo una y otra vez desde aquí hasta tus ojos.
Escribo en la calle de los árboles discretos y secretos.
He querido leer tu mano con toda mi piel,
que me leas con puntos suspensivos.
Reír sobre tu sonrisa una noche,
quedarme ahí para bailar al día siguiente...
Desde que te conozco.
V
Hay cierta locura entre las letras que arrojas día a día en mis manos abiertas,
manchadas de sangre.
Sombras danzantes a la luz de la noche recogen y abrigan los sueños tuyos y míos,
sueños que protegen mi alma de la muchedumbre enardecida,
voces que hablan del amor que no han conocido.
La pasión que escribes en las palabras detiene el tiempo.
El viento lleva un canto con voz de ti que arrulla mi andar por la vida.
El andar sin origen ni destino.
Sólo andar en la búsqueda de las palabras que le dan sentido a los sueños,
sin preguntar por qué.
Aquí es donde nos encontramos cada día en el más absurdo deseo de entretenernos.
Aquí la magia se cristaliza con besos, abrazos, voces que, sin escuchar, le dan sonido a las palabras.

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