Textos de Cintia Salazar
Trance
Trance
Mi garganta y cabeza quieren explotar, mi columna quiere salir para expresarse, quiere que la vean, mis papilas salivan en exceso, me mareo. Hay una barrera, una sola, qué es. Mis ojos están bien abiertos, en demasía, mis pulmones jalan aire, hay un poco de fuego en ellos. Mis manos… mi mano izquierda se retuerce y mis dedos se crispan, un pequeño dolor en mi frente, dentro de mi cabeza en el lado izquierdo ¡iaaaaaaa! ¿y esta risa? primero la trunco con mi mano izquierda mientras mi derecha escribe, ha escrito sin parar, a veces sin que los ojos miren. Mi mano izquierda toca mi pecho, un pezón fresco y duro, mi sexo tibio, suave, su textura invita a la caricia. Podría continuar, estoy conectada con el todo, con La Dios, con El Diosa, la dualidad en todo, extremos opuestos que se unen para ser la unidad, la misma cosa.
Mis ojos miran el todo aunque físicamente está la pared blanca y la cortina azul, mi cabeza mira al infinito, al todo, a la unidad, soy parte de ello, mi columna encorvada lo sabe, estoy a punto de unirme, hay una barrera, oh. Mis manos al unísono tocan mi cabeza, los dedos entre mis cabellos, mis labios y saliva. Mi mano izquierda se toca a sí misma, mis ojos se entrecierran, respiración acelerada, oh. Dedos ansiosos, sobre todo pulgar y anular, que se frotan fuerte sin cesar. Dientes apretados, mi estómago…calma... y ya!
Santa
Vendo mi alma que cuesta un peso mas gastos de envío,
te la cambio por productos de comercial en vivo.
Mis pestañas más largas y mi cintura más fina me volverán divina.
Todo en mí está mal por nacimiento,
debo ser otra desde los pies hasta el cabello.
Lo bueno es que existe mi remedio,
o al menos eso es lo que me dijeron.
Señora caja idiota, te idolatro como tu tocaya,
dame tu cura que ya no soporto este horrible color de cara,
quiero ser en cinco minutos yo más blanca.
Oh caja idiota, no distingo la verdad o la mentira,
será por ignorancia o será por cosa mía.
Estoy tan vacía,
necesito llenarme con lo que tú dices que me dará vida,
estoy tan vacía,
dime qué hacer oh santa mía!
Sin victoria
Para qué necesita el universo una guerra entre países si mi propio ser está en guerra infinita. Todo es perfecto, sin embargo no lo acepto. Naturaleza humana insufrible, inconforme, terca y contradictoria, cada persona lucha dentro de sí las mas infames, violentas y destructoras batallas, pobre humanidad dividida justo por la mitad.
Ocho veintiocho
Son las 8:28, puedo hacer que los días sean tan iguales uno al otro al grado de volverme un poco loca por el hecho de pensar que vivo siempre el mismo día. Mi vida no avanza y no cambia que a las 9:00 deba salir para el trabajo, sin embargo, siempre resulta que hasta rutina es la tardanza porque invariablemente y sin esperanza a las 9:15 salgo de casa.