Abrir los cerrojos de “La Luz Bajo Cerrojos”
Por: Rodolfo Ochoa
Más que acudir al
bisturí de una teoría o un método expresaré las reflexiones que La luz bajo cerrojos, de Arturo Ipiéns (2013) , dejó en un
lector que se declara docto ignorante en cuanto a la ambigua y equivoca labor
de etiquetar corrientes poéticas contemporáneas que, como observara en una
charla Raúl Aceves, están contaminadas por gran cantidad de obras de muy
distinta densidad y que, como lo precisara Luis Vicente de Aguinaga (2014) , tienen un
carácter ecléctico e interdisciplinario en cuanto existen “vasos comunicantes”
con otras artes, aspecto este último consustancial en La Luz Bajo Cerrojos.
Y para abrir los
cerrojos y atisbar la luz acerrojada, ese periplo en busca de la belleza, de la
amada, se hace acompañar de María Zambrano, su guía, que con su filosofía
poética marca el sendero a seguir por esos caminos que “…parecen desfiladeros,
“entre el mundo cercado y el cielo que nos sueña”. Las grietas y los filos son
cortantes –aspas, astillas, hélices- y dejan en el corazón laceraciones que
aunque se apagan, siguen vivas para alertarnos ante nuevos riesgos (Souza Jauffred, 2013) ”.
La luz bajo cerrojos es un
poema de amor, es un poema de aprendizaje, de conocimiento. Los ascensos y
descensos del amante por acerrojar la belleza, la verdad, la felicidad. Sus
gozos y sus caídas, porque La luz bajo
cerrojos es una oración, un canto de un creyente
sin dios que, sin embargo, busca la luz; es un poema de aprendizaje en el
que el poeta aprende de la herida que no se cierra, porque en su abertura
resplandece la luz que afanosamente busca.
Y circular es el
conocimiento y el amor buscado. Regresar al punto de partida una y otra vez
jalonados por la esperanza hasta que ésta se acaba y que nos hace recordar
aquella frase lapidaria de Dante: abandonad
toda esperanza los que entráis aquí (Dante, 1922) . En el
canto preparatorio, en la antífona de entrada La luz bajo cerrojo, el poeta asume el abandono en que tendrá que
realizar su búsqueda: sólo el agua, ese elemento primigenio, esa luz líquida.
…PÁJARO DE MÚSICA
INTOCABLE
La primera parte,
el primer acto de este poemario, “Granos de sal”, un grano de sal irrumpe como
un “aerolito” en la vida del poeta y de Ana. Un grano de sal que escalda los
labios, su memoria, que condimenta los alimentos y la vida: un grano de sal nos
permite darle sentido a la vida, salir de nosotros mismos, de nuestra otredad:
¡Rápido sal de ti!
Sal de la tierra
antes que la desazón
—grano a grano—
te cubra un día
el cuerpo y el alma. (Ipiéns, 2013, pág. 15)
Somos seres de encuentros y desencuentros, que en
“…Pájaro de música intocable” son azarosos, inexplicables, cuando se dan “a
espaldas del destino”. Encuentros que nos alejan, de tan cercanos:
Sólo miré de lejos
—tras el vidrio—
estelas de ventisca: (Ipiéns, 2013, pág. 17)
Y en el encuentro amoroso, en ese misterio, “…Pájaro
de música intocable” abreva arriesgadamente de nuestra tradición poética
castellana más antigua y se describe con palabras que en sí mismas son poesía y
música y tapices coloridos: boquella
hamarella, yermanelas, aljamiadas, habib, …tradición que se renueva como el de la jarcha anónima del ¿siglo
XI? Que fuera traducida por varios escritores como Stern (Stern S. , 1953) :
Mamma ayy habibi
sujjamelo šaqrella.
el collo albo
la boquella hamrella.
¡Madre, qué amigo!
Bajo la guedejuela rubita,
el cuello albo
y la boquita coloradita (Stern) .
…Tu boquella
hamarella frente a un
páramo de ortigas,
collo albo y la túnica sutil
que se abriría siempre entre mis dedos (Ipiéns, 2013) .
La tradición como cimiento de
la modernidad. El lenguaje de “…Pájaro de música intocable” está construido con
la arqueología lingüística de los latinos, los hebreos, los árabes… es la “babel
de mirra y fuego” que conforma la arquitectura espiritual de Ana, es nuestra
alma espiritual, es nuestra lengua. En la trama del poema “Rasgue la luz
tensada un mediodía” se entrecruzan costuras que forman nuestra identidad
cultural, nuestra tradición amorosa.
Las ansias de vivir, la
ansiedad mecida “con canciones de cuna no aljamiadas” y “el dulcémele tocado en
la penumbra/por la abuela”. La ansiedad que crece y nos desborda con cada nuevo
vínculo:
Sólo al principio una luz
Violenta, un giro de cuchilla (Ipiéns, 2013, pág. 22) .
Este viaje cuyos caminos
convergen en la memoria en “los vestíbulos del alba”, en el que se hace el
primer descubrimiento una vez pasado el asombro: Eros “comunica a la luz con la
sombra, al mundo sensible con las ideas (Paz, 1999) ”; la luz, el
alma, en inasible para nuestras ansias, no hay luz que apague esta sed de
felicidad y de eternidad:
Entro en tu soledad
Sin romper el aroma
Que te anuda a la tierra,
Así ya no me olvido
Que tu alma es un pájaro
De música intocable.
Con este poema termina la
primera parte del poemario, al que le sigue “…entre el fósforo y la sal” y “…
la luz bajo cerrojos” que sobre las “Almohadas”, testigos involuntarios e
inmutables de nuestros pensamientos y nuestras lágrimas, continua el viaje de
nuestro poeta tratando de arrancarse los huesos y ponerlos a la “espalda” y
encontrar un refugio para la intemperies que nos producen las pérdidas que
hacen que nos enlutemos –que nos privemos de luz- y lleguemos a la sapiente
conclusión de que:
Fue sólo
un deseo: poner el nombre
de la luz bajo cerrojos.
Luz inacerrojable como estos
poemas que torpemente reflexiono en la oscuridad de mi inteligencia en espera
de que, otros lectores, inicien a su vez ese recorrido propuesto en los versos
de La luz bajo cerrojos.
Bibliografía:
Dante, A. (1922). La
divina comedia. Buenos Aires: Centro Cultural "latium".
Ipiéns, A. (2013). La luz bajo
cerrojos. Guadalajara: La Zonambula.
Paz, O. (1999). La llama doble.
México: Seix Barral.
Souza Jauffred, J. (2013). La luz
bajo cerrojos. En A. Ipiéns, La luz bajo cerrojos (pág. 84).
Guadalajara: La zonambula.
Stern. (s.f.). Jarchas.Net.
Recuperado el 2 de julio de 2014, de http://www.jarchas.net/jarcha-35.html
Stern, S. (1953). Les chanson
mozarabe. Palermo.
Vicente de Aguinaga, L. (2014). Cada
cosa se disgrega en palabras. Crítica.
Guadalajara,
Jalisco 3 de junio del 2014