No existían vestigios de tu cuerpo
en el museo de mi memoria
ni visiones rondando sus paredes
ni escalofrío
ni espanto
no existía el deseo
ni la evocación obstinada
ni espanto
no existía el deseo
ni la evocación obstinada
ni la invitación a volar
Existen ahora vestigios
de tu cuerpo en el museo de mi memoria
visiones suyas atajando sus paredes
visiones suyas atajando sus paredes
existe el escalofrío y se acrecienta el espanto
existe ese deseo obstinado y solo mío
de verte volar
Carmina Nahuatlato Frías*
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