20130125

A la sombra del cuento

Taller del cuento. Antología.
Autores: Ana Cantú
                 Alejandro Juárez
                 Jana Padilla
                 Laura Pini
                 María Fernanda Sánchez
                 Gabriela Torres (coordinadora)

Hermanados por un sentido del ritmo y por las ganas de hacer bailar al cuento en el centro de la mesa, los participantes de El Taller del Cuento observan la obra con detenimiento, buscan por todos lados a ver qué encuentran, hasta que descubren entre palabras las sanguijuelas que le impiden a dicha historia desarrollarse con plenitud. Ante un bonche de opiniones, el escritor en cuestión decide una ruta que debe seguir. El cuento prometido a veces parece estar tan lejos y tan cerca que se pierden las distancias en una especie de confusión entre el norte que indica la brújula y el oeste por el que el cuento conduce al escritor. Al final, libre como el tiempo sin tiempo, el cuento llega a tierra firme.

Aquí te compartimos uno de los cuentos que podrás encontrar en este Taller del Cuento.

GORDA

Rubicunda, coqueta, cuelga,
se agita en el tendedero, a piñata.
Como quien en la horca
se mofara de la muerte.
Luis Ignacio Helguera, Patio Vecino.


Dedujo que sería mejor terminar de una vez con ella. La gorda de mechones blancos lo había seducido desde que se dejó tocar la piel de papel de china, esa vez sintió en lo dedos un mutuo deseo, pero ahora todo le parecía diferente. Ansiaba acabar con ella y con esa boca que sólo tragaba caramelos. Ya no le excitaba como antes verla colgada con la soga en el cuello en sus juegos de masoquista. Quería golpearla hasta despanzurrar esa voluptuosidad que con tanto orgullo ella le mostraba. Maldita gorda, pensaba cada vez que la veía. Ya no aguantaba más, era preciso tomar el palo y darle, darle, darle hasta dejar sólo pedazos de ella, con su coquetería de gorda feliz, con sus cachetes de colación y sus nalgas de naranja, con su sonrisa de caña, y esos ojos de cacahuate que antes lo enamoraron.

Así que un día que la gorda se colgó en un acto de amor en la azotea y él la quiso agarrar a palazos, ella le dijo: -primero véndate los ojos, amor-. Él, con tal de acabar con ella de una vez por todas, hizo caso y tomó un pedazo que estaba colgado en el tendedero, se vendó los ojos y empezó a darle de palos, más la gorda, llena de astucia. esquivó cada golpe hasta que lo hizo perder el tino aventándolo desde el tercer piso.

No hay comentarios:

http://todoennoticia.com.mx/occidente-municipios-jalisco/cerda-martha-mientras-agonizas-la-zonambula-2020/