Rumores que matan
Elda Castelán Rueda
Así es amiguitas, hay que cuidarse mucho, porque qué creen, mi cuñado murió el domingo, sí, Mario. No, él no estaba trabajando. Pero, es que, nosotros, bueno, ellos no creían en el covid, decían que era cosa del gobierno y empezaron a andar como si nada… El 10 de mayo tuvieron festejo y anduvieron como si nada… él murió el domingo 31. Y bien triste porque no hay misa, ni funeral. Ahora toda la familia está en cuarentena. Además, mi sobrino nos contó que cuando ingresaron a su papá había camas y respiradores pero, cuando ya lo sacaron, el hospital estaba saturado. Y mi cuñado era sano, deportista, cincuenta y cinco años. Bueno, fumó por más de veinte años… Pero no se cuidó… No creía…
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Tengo antojo de un brownie, voy a ir a la pastelería de acá cerca.
—Pero, ¿no tienes miedo de salir a cada rato?
No, Dios está conmigo, no pasa nada.
Ah y ¿saben? En el templo que está a la vuelta de donde vive mi suegra, ofician misa a puerta cerrada. Claro, no nos dimos la paz y estábamos distanciados. Pero, pues sí hace falta comulgar y estar en la casa de Dios. Déjenme pregunto a mi suegra los horarios y les paso los datos.
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A mí me dio mucho gusto lo que expresó ayer el gobernador, ¿sí lo oyeron? Dijo que eran unos pendejos esos que no hacen caso. Qué bueno que él sí se atreve a decirles lo que muchos quisiéramos haberles gritado.
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Yo no entiendo esa gente necia que sigue saliendo a los tianguis y los mercados, cuando ya se les dijo que son focos de infección. Tan fácil que es llamar y te llevan a tu domicilio todo lo que quieras. Yo por eso, le pagué a “mi muchacha” su sueldo completo y le dije que en dos meses no viniera, espero que ella no salga.
—Ah, y, para no salir ¿se va a comer los billetitos que le diste picados con sal?
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Ay mira, como dice el dicho: cuando te toca, aunque te quites, y cuando no te toca, aunque te pongas. Mi vecina Lupita, setenta y seis años, fumadora, hipertensa vive sola y se alimenta muy mal, le dio el covid y la libró. Sí, estuvo internada pero ni ventilador necesitó. Así que yo no me preocupo, sí me cuido pero tengo que ir al banco, al mercado, a la farmacia y la gente no respeta la distancia y una no puede hacer nada, así que tú tranquila…
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Estoy feliz con el gobernador por lo que informó ayer: Ahora sí cero tolerancia y la policía empezó a levantar a la gente que no traía cubrebocas.
—Pero, el cubrebocas no es necesario en la calle, solo en espacios cerrados y donde no se puede guardar distancia. Y, en segundo lugar, vi en el video que los policías traen el cubrebocas en la barba.
Pues sí, pobrecitos, ellos andan trabajando y cumpliendo órdenes del gobernador, y él sí sabe lo que hace. Así que hay que obedecerlas.
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Ayer fui al mercado de abastos, pero ahí el gobernador instaló túneles de ozono, pasas por él y una brisa te baña.
—Ah, ¿y eso te protege del covid?
Creo que sí, por eso los pusieron en varios lados.
—Ah, pues que lo publicite más para que todo el estado pase por esos túneles y esté protegido. Seríamos el primer estado sin covid. ¡Interesante!
Ya me pusiste a pensar… yo creía que al pasar por el túnel y con el cubreboca…
—¿Quedabas inmune? ¿Protegida? Por favor, trata de leer un poco…
Me informo, pero hay tanta cosas publicadas.
—No creo, la información científica es muy poca, solo en la página de la oms o algunas entrevistas con médicos epidemiólogos. Y que tú verifiques su currículum en internet. ¿Acaso no te enseñaron a usar fuentes fidedignas en tu doctorado?
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Ay amiga, mejor te llamé para platicarte... Qué crees que le pasó a mi mamá, ¿recuerdas que ella tiene un restaurante popular desde hace como 30 años? Ahora con la pandemia prefirió no cerrar, dijo que por ahí mucha gente seguía trabajando y, otra cosa, no podía liquidar a sus cinco empleadas que han estado con ella tantos años. Realizó todos los trámites ante la secretaría de salud y le dieron un permiso para vender comida solo para llevar, obvio con más medidas de higiene que de costumbre.
Pero, estoy sorprendida lo que me contó que le sucedió ayer. Dice que llegaron cuatro señores y en tono imperativo le ordenaron que les arreglara una mesa porque iban a quedarse a comer ahí. Mi mamá les contestó que no podía, que salubridad le había otorgado un permiso solo para vender comida para llevar y se los mostró. Entonces los tipos, señalándole el bordado de sus camisas, le dijeron que ellos eran trabajadores del ayuntamiento, que andaban supervisando que los comercios abiertos cumplieran con el reglamento… y que les acomodaran una mesa para seis. A mi mamá no le quedó más que obedecer. Dice que todos traían el cubrebocas en la barba, y solo dos utilizaron el gel antibacterial que está en el mostrador. Después llegaron otros y total la mesa era de diez personas comiendo. ¿Reglamento en orden? ¿Sana distancia? Esa solo nosotros la marcamos…
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:)
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