Mi Hermana Vero entró en un estado de crisis por la ausencia de su madre. Ya llevaba varios días (con sus noches) llorando.
Ese fatal primer jueves de octubre me fui un poco preocupado a trabajar. Ese día mi hermana María se encontraba muy atareada porque estaba realizando los preparativos de su boda que se llevaría a cabo el día siguiente.
Cerca de la hora de salida me hablo mi sobrina Salma al celular
-Tío, una amiga me dice que está saliendo mucho humo de tu casa, sería bueno que fueras a ver qué pasa.
Llame por teléfono a la casa pero nadie contestó, (mi hermana María estaba probándose su vestido nupcial con la diseñadora), esperé la hora de salida, pero antes le informé a mi jefe que al día siguiente se casaba mi hermana menor y necesitaba salir temprano.
De la casa salía agua en grandes cantidades y estaba repleta de gente desconocida, mis vecinas se habían metido a ver el incendio, mi hermana Vero en medio de su angustia, prendió fuego a su cama, porque quería reunirse con su madre (en el mas allá). Cuando vio que la lumbre empezó a cobrar fuerza se asustó y se salió a la calle. Un vecino se dio cuenta que estaba fuera de control y llamó a una ambulancia para que la atendieran. También llamó a los bomberos, que apagaron oportunamente el fuego antes de que se empezara a quemar el resto de la casa, el fuego también entro a mi recamara y se quemaron mi ropa y mis libros. Mi cama quedó intacta.
Como bien dice esa canción “todo se derrumbo dentro de mi” cuando mire que mi recamara estaba toda negra desde el piso hasta el techo, (y también la recamara de Vero). Entonces pensé ¿y dónde esta Vero?
Los vecinos me informaron que una ambulancia se la habían llevado, pero nadie sabía a dónde.
Me fui en taxi a preguntar por ella a la Cruz Roja que está en el parque Morelos, pero me informaron que debido a la crisis nerviosa que presentaba la habían trasladado a una clínica para enfermos mentales que está en el Zapote en el municipio de Chápala, y a esa hora de la noche ya no recibían visitas.
Al día siguiente sin tiempo y sin ánimo para tomarme ni un choco milk, me presente a trabajar. le pregunte a mi compañero Jorge si al termino de la jornada laboral me podía llevar en su carro a la clínica donde estaba internada mi hermana, para trasladarla al lugar que le correspondía (el hospital “San Juan de Dios” ) en Guadalajara Jalisco.
Después de tediosos tramites la dejé debidamente internada, así que llegué patinado a la oficina del Registro Civil para ser testigo del enlace matrimonial de mi hermana María. los invitados voltearon a verme como si trajera abierto el cierre del pantalón, en ese momento me di cuenta que mi ropa estaba manchada de tizne y mi humilde persona despedía un desagradable olor a quemado.
al término de la ceremonia, sin poder asistir a la fiesta, me fui a comprar una maleta en donde le lleve a Vero dos cambios de ropa, una toalla, un jabón, un shampoo, un peine, una pasta y un cepillo de dientes, un paquete de toallas femeninas, y un libro de oraciones.
Después de ir al hospital a la hora de las visitas, me dediqué a depositar toda mi ropa quemada en varios costales, para tirarlos a la basura. No quise hablar mucho del incendio con mis compañeros de la oficina. lo que menos quería en ese momento era escuchar chistes malos a costa de la frágil salud de mi hermana que tardó mucho tiempo en ser dada de alta, después de ser diagnosticada como esquizofrénica.
Solamente le comenté los sucesos de ese fin de semana a mi amigo pepe que tiene el mismo cuerpo de perro parado que yo, por lo que prometió regalarme algunas playeras que ya no usaba. nunca me regalo nada, pero le agradecí mucho su intención.
Pedí dinero prestado entre los compañeros para poder sufragar los gastos extras de esos días (como las visitas diarias al hospital) recuerdo especialmente a una compañera (cuyo nombre permanecerá en el anonimato) a la que le pedí prestados 100 pesos, y no dejo de cobrármelos a diario hasta el día en que pude pagarle, dos eternas semanas después..También debo agradecerle a mi jefe que nunca me regañó (solamente ironizó un poco) porque duré un mes presentándome a trabajar con el mismo pantalón.
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