La historia de FA
Madame
des Ricochets
Fa
surge
entre la noche
invocada
por una
trompeta
viaja
en un hilillo
fino
estampado
contra
el humo
de cigarrillos
borracha
de tabaco
duerme
como la oruga
sobre su nido
de narguilé
despierta
la flauta
la convoca
el tololoche
le pide un cita
y la deja abandonada
la guitarra
la pone
a flotar
solo un instante
ella
se desvanece
en el vomito
de la mujer
en el asco de la luna
y en lagrimas fáciles
del poeta
se diluye
la noche
caliente
la anima
tiene ganas
de ser poseída
por salsa
la guitarra la recuerda
vibra
una y otra vez
otra vez
otra
otra
otra….
exhausta
regresa
a la casa
musical
ahí
Do y Re la despiertan
dan respiración
de boca a boca
reanimada
observa el mundo
contenta
va saltando
entre los soniditos
de las comas
recuerda
su origen servil
en el himno
a San Juan
la noche humana
no termina
a tumbos
cae
sobre los labios
de la que canta
I Got A Woman Blues
envuelta
en el suspiro
del ebrio
el halito
cervecero
le tonifica
la sed
danza sobre las mesas
sostenida regresa
a los labios
de la cantante
espera anidar
eternamente
en cuerdas
vocales
la luz
amenaza con retornar
escribe una carta
al que sirve los tragos
le platica sobre
clamores modernos
acaricia por última vez
las curvas
del violín
viaja en un hilillo
de sordina
secuestrando
la sangre
y los huesos
locos
de la poeta
seducida
por aquella
vieja y deslustrada
nota de trompeta
luego amanece
*
Incendio de lo humano
Espíritu hecho de sangre y
carne
tiene la
humanidad
que
desespera por un dios
bongós de lluvia crepitan en
las
células del alma
un saxofón se cierne
sobre marasmo
racional
una necesidad muerde
maúlla y ladra
al creernos
establecer
ciudades caracolas
donde todo tiende a la unidad.
Trompetas que nos platiquen
la eternidad
hilos de ventisca
emergiendo de flautas
que danzan al ritmo
del sol
pianos ejecutando
partituras imposibles
para confiar en trascender
poetas que compongan letanías
para saciar la necesidad
del espíritu esponjoso
donde la infinitud del punto
se traga y absorbe al uno,
y cuando
lo devora todo,
inventa la música,
la poesía
la lluvia,
siembra de nuevo
la semilla del uno y el cero
continuando con el incendio
de la humanidad
*
El poeta mezquino
Para Adriel
El poeta es mezquino
porque las palabras
con letras
no le alcanzan
tiene que buscar
en zonas profundas
del océano
predicados cuyos
corazones
palpitan
sin la sangre
de las letras
para llegar ahí
se encierra en su silla
viaja a la velocidad
absoluta
no deja que nadie
lo acompañe
es celoso
de la amistad que tiene
con el mar,
porque las avenidas
de la ciudad no le bastan
para correr
y escribir
el poeta es un viajero
ha establecido su
departamento
en el hueco infinitesimal
de los números,
conoce
la extensión de la recta
y según los griegos
lo perfecto de la esfera
sabe de los verdaderos motivos
que tuvo el sol
para incendiarle las alas a
Ícaro
recibió en su domicilio
una carta firmada
por el hijo de Pasífae
se entero de
la soledad
en laberinto de Minos
por la ausencia de mujeres,
él pintó
lo rojo de la macula joviana
el vociferar asesino de
los anillos de Saturno,
el poeta es poeta
porque lo sabe,
despierta
sale de su silla de armadillo
toma el
transporte público
se inspira
con las historias
que narran
los mimos en
las
esquinas
llega a
casa y las escribe,
es
mezquino porque
dice que
lo es
en
ocasiones
yo no le
creo
a veces
si,
a veces, es
un sacerdote
que toca
el violín
en medio
del Sahara
al momento
en que se
le termina
la brea a
su arco
viene con
nosotros
derrama
cerveza
de su copa
nos cuenta
historias
se deja
amar
por la
carne
y el sudor
de las
mujeres
en algún
nido
oscuro de
la caótica
ciudad en
que vive y sueña