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Nota de Prensa

La Zonámbula: Publicar a Contracorriente

Domingo, 21 de Febrero de 2010 15:15
LUIS RICO CHAVEZ

Cuando se navega a contracorriente, da gusto encontrar a la deriva a otros desadaptados que —además— contra viento y marea se aferran al timón e insisten en continuar en la brega en este mar de indiferencia e incultura.

Por eso, comparto la euforia que sin duda embarga a quienes siguen adelante con el proyecto de la Editorial La Zonámbula, que arriba a su tercer año y suma más de veinte títulos en su sello. En sus inicios, sostuve una plática con Francisco Enciso y Jorge Orendáin que, por diversas circunstancias, no vio la luz; transcribo enseguida parte de esa charla y la complemento con una serie de preguntas que le formulé a Jorge en días pasados —vía internet— para dar la visión actual.

Gris perspectiva Jorge Orendáin, poeta y editor, lamenta el panorama tan gris al que se enfrentan nuestros escritores en materia de publicaciones, pero sobre todo deplora el desperdicio de los trabajos que se forjan en las aulas y en los cubículos de investigación de la UdeG, “por sólo hablar del área de la literatura”. Añade: “Sin las editoriales independientes no se haría gran cosa”.

“No es justo que autores con trayectoria, que han demostrado calidad, sigan costeando la edición de sus obras”. Refiere el contexto del proyecto en el que está embarcado, junto con Francisco Enciso Cabral, Sol Ortega, Cristina Quezada y Fernando Toriz: la creación de la editorial independiente “La Zonámbula”.

“Echamos a andar el proyecto y no sabíamos cómo lo íbamos a llamar”. Pero explica: “Nuestro título, ‘La Zonámbula’, surge de la unión de dos palabras que nos parecen fundamentales en el terreno de la creación literaria: zona y ambular. Esto es, creemos que la creación se da en una zona donde el escritor deambula constantemente con la finalidad de escribir. Además, dicha unión de palabras nos remite a sonámbula(o), persona que mientras duerme tiene cierta aptitud para ejecutar algunas funciones correspondientes a la vida de relación exterior. Esto es, el creador”.
Francisco Enciso abunda: “El proyecto lo creamos Jorge, Sol Ortega y tu servidor, a raíz de nuestra amistad y de considerar que es viable ofrecer este espacio para gente capaz que, por distintas circunstancias, no puede publicar sus trabajos”.

El objetivo que persiguen es simple: publicar obra literaria que abarque los principales géneros literarios, “tanto de escritores con trayectoria como de nuevos autores, principalmente de Jalisco”. Iniciaron con la colección “Pausa poética”, que “se centrará en publicar libros de poemas”.

La prioridad para la publicación se centra en autores locales, “sin distinción de grupos, pretendemos estar abiertos a todas las corrientes y tendencias”, subraya Jorge. Se busca crear un espacio para jóvenes con calidad que aún no han tenido la oportunidad de publicar su obra, aunque también hay lugar para autores con trayectoria, tanto locales, nacionales e internacionales.

Pretendemos, añade Francisco, “suplir la necesidad de nuestra sociedad para abrir foros de expresión, aunados a la disposición que existe de personas que creen en esta idea, que apoyan con su opinión, su tiempo y sus recursos”.

“Otro de nuestros objetivos”, prosigue Jorge, “es ilustrar las portadas con obra plástica de pintores jaliscienses, con la finalidad de dar a conocer su trabajo y de ofrecer al lector un libro atractivo”.

¿Y cómo enfrenta “La Zonámbula” el espinoso asunto de la distribución? “Nuestra política incluye el concepto cero bodega”, señala en primer lugar Jorge Orendáin. De los quinientos ejemplares que consta cada edición, se entrega “un porcentaje significativo a las principales bibliotecas locales, a periodistas e investigadores literarios”.

El resto se encuentra en varias librerías locales —como en la Cervantes, Siglo XXI, Ítaca, Mariano Azuela, Gonvill, Café del Fondo en Café la Selva y la Sogem— “a un precio muy accesible para el público en general. No ha sido fácil entrar a las librerías más fuertes como Gandhi y Fondo de Cultura Económica”.

Realista, Jorge reconoce que los libros de poesía se venden poco, por lo que su objetivo no es el lucro —hace un gesto y matiza: “no me gusta usar esta palabra”—, de tal manera que la mayoría de quienes participan en “La Zonámbula” “regalamos nuestro trabajo”. Sin embargo, con el paso del tiempo, hemos trabajado un poco más en recuperar gastos y apoyarnos con las ventas.

Aunque, insiste, se trata de un proyecto independiente, que se financia con apoyos de distintos impresores (quien más aporta es Francisco Enciso, impresor y director general del proyecto, y Alfredo Gutiérrez, de Acento Editores). En los títulos más recientes, los autores han apoyado con los gastos de impresión. “Además, en algunos títulos hemos conseguido apoyos del gobierno de Austria y de Croacia, y también del estado de Nayarit”.

Actualmente, el equipo está integrado —además de Francisco Enciso Cabral y Jorge Orendáin (director editorial)— por Sol Ortega, en diseño y diagramación; Francisco Enciso Salcido, coordinador de producción; Cristina Quezada, cuidado editorial, y Fernando Toriz en la contabilidad.

Tres años después

—¿Llevan tres años con el proyecto? ¿Cómo les ha ido? ¿Cuál es el balance que les arroja su labor en este periodo?

“Sí, son tres años. A la fecha llevamos 23 títulos, tanto de escritores locales, nacionales e internacionales. Nos parece que estos tres años han sido muy buenos, pues hemos logrado los objetivos que nos planteamos, esto es, dar a conocer a autores nuevos y con trayectoria y extender el alcance de los títulos más allá del país. Varios de nuestros títulos prácticamente ya están agotados, esto gracias al mecanismo de distribución que hemos planteado, con la ayuda de los autores, librerías, medios de comunicación, presentaciones, FIL, etc. En estos tres años nos hemos replanteado algunos objetivos iniciales, esto es, empezar ahora a buscar caminos para vender más libros y distribuirlos mejor. Si bien iniciamos sin fines lucrativos, el camino nos ha ofrecido que nos integremos más a los servicios editoriales, con el fin de recuperar gastos y empezar a ver el proyecto editorial como una forma de apoyar al equipo. El único terreno que nos falta consolidar es la parte legal y de venta de libros, hay librerías importantes que nos han cerrado las puertas, pero seguimos insistiendo. Otro logro es que ya tenemos más colecciones, como la infantil, novela, la de ensayos y próximamente una de estudios regionales. Si bien la poesía es el eje central, queremos explorar otros caminos”.

—¿Cuáles han sido los obstáculos principales que han debido sortear?

“El aspecto económico sigue siendo un obstáculo, sin embargo, gracias al apoyo de los autores y de los impresores hemos logrado mucho. También la venta de libros en librerías no ha sido buena del todo, a pesar de que estamos en varias librerías de la ciudad. El área de difusión también no ha sido buena del todo, pero ya este año contaremos con egresado de Filosofía de la UdeG que hará el servicio social con nosotros. Con esto pretendemos fortalecer nuestras páginas blog, web y facebook, por ahora”.

—¿Cómo evalúas el proyecto en este momento, considerando las expectativas del arranque y lo que esperan en el futuro?

“Me parece que el proyecto nos superó. No esperábamos tener tantos títulos en tan poco tiempo. Creo que la calidad de nuestros libros y nuestra propuesta nos ha abierto muchas puertas, incluso fuera del país, como en Corea, Austria, Eslovaquia y Croacia. Nos queda claro que debemos profesionalizar más el proyecto para consolidar lo que hemos hecho”.

—¿Cuáles son sus planes en el corto y en el largo plazo? ¿Todavía sigue en pie el interés por publicar libros de fotografía o de obra plástica? ¿Qué otros proyectos editoriales tienen entre manos (colecciones, series, autores, temas…)?

“Nuestro plan es consolidar las colecciones de poesía y narrativa (aquí ya publicamos una novela) e iniciar con la de ensayos. Parece que se nos abren puertas para publicar libros en el área de ciencias sociales y biológicas. Queremos seguir publicando óperas primas y seguir incluyendo a autores de trayectoria. También queremos dar más fuerza a los libros para niños. Respecto a publicar libros de fotografía y de obra plástica parece que no caminaremos por ahí, al menos este año”.

En internet

Un vistazo a la página de internet (http://www.lazonambula.blogspot.com/) nos permite visualizar la siguiente información:

Las colecciones que incluye la editorial son las siguientes:

Literatura infantil: Soy Robin, de Diana Aizemberg.Senda narrativa: La oportunidad y otros relatos, de Marco Aurelio Larios López; Jacinta, de Yolanda Ramírez Míchel; Más acá del más allá, de Raúl Aceves y Sueños imperfectos, de Roberto As-cencio.

Pausa poética: Alba-vigía, de Melissa Nungaray; Si la pausa, de Jorge Orendáin; Por si la recua, de Dora Moro; Polvo lugar, de Xitlálitl Rodríguez Mendoza; Cabroncito standard, de Carlos Alberto Cortés; Transmutación incorpórea, de Arnulfo Sepúlveda Gutiérrez; Poesía de Eslovaquia. Breve muestra; Plexilio, de Ángel Rafael Nungaray; Sur de la noche, de Fabián Muñoz; Azares y azahares, de Yong Tae Min; Viento versal, de Angélica Maciel; Después de Babel, de Paula Zulaica; Murmullo sobre el asfalto. Dos poetas de Croacia, de Lana Derkac, Davor Salat y Unir la nada, de Javier Verea.

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